El expresidente Rafael Correa afirmó que el asilo político que le ha sido otorgado en Bélgica -aunque todavía la Cancillería ecuatoriana no lo confirma- es una prueba de que está siendo perseguido por las autoridades ecuatorianas y no descartó un regreso a la política.
Correa, que en 2020 fue hallado culpable de corrupción y sentenciado en ausencia a ocho años de prisión, vive desde 2017 en Bélgica, el país natal de su esposa.
En entrevista con la agencia de noticias The Associated Press (AP), que fue difundida este lunes 25 de abril, Correa sigue negando que haya cometido alguna falta y se presenta como víctima de una cacería de brujas política.
Si bien las autoridades ecuatorianas han exigido su arresto y extradición anteriormente, hasta ahora se le ha permitido permanecer en Bélgica.
La semana pasada, la Corte Nacional de Justicia (CNJ) envió una nueva solicitud de extradición para Correa, pero desde entonces ha trascendido que la Comisaría General para Refugiados y Apátridas de Bélgica otorgó asilo al exjefe de Estado, con el estatus de refugiado.
La agencia emitió un certificado fechado el 15 de abril que vio la AP.
Correa aseveró que ahora puede viajar con seguridad por todo el mundo, excepto en Ecuador. El exmandatario dijo que da conferencias por lo que necesita viajar para poder trabajar y obtener un ingreso.
Indicó que la única forma de detener lo que percibe como una persecución política sería volver a ocupar un cargo electo.
El presidente de la CNJ, Iván Saquicela, dijo la semana pasada que firmó la orden de inicio del proceso de extradición con relación a la sentencia de Correa en el caso 'Sobornos 2012-2016'.
El exjefe de Estado, que se identifica con el movimiento de izquierda latinoamericano, dejó el poder en mayo de 2017 luego de una década al frente del país andino.
Desde entonces se ha buscado su extradición en tres ocasiones, una luego de ser declarado culpable en un caso de secuestro de uno de sus oponentes políticos (Fernando Balda) y dos veces por el mismo caso de soborno.
Fuente. Ecuavisa
