Inestabilidad social y laboral impactan en la salud mental de los ecuatorianos

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, la Organización Panamericana de la Salud hace un llamado a priorizar su atención, especialmente en el ámbito laboral.

La realidad de Ecuador, caracterizada por inestabilidad política, violencia y condiciones laborales precarias, ha generado un entorno que afecta significativamente el bienestar psicológico de la población, afirman expertas.

¿Qué es la salud mental?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un estado de bienestar que permite a las personas reconocer sus capacidades, enfrentar las presiones normales de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad.

Alexandra Serrano, docente de la Facultad de Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), subraya que este concepto es complejo y depende tanto de factores individuales como del entorno inmediato.

Pues, no se trata de alcanzar una felicidad constante, sino de enfrentar los desafíos cotidianos y reaccionar acorde a la realidad que nos rodea.

Cifras en Ecuador

Ecuador carece de estadísticas oficiales sobre salud mental, pero un estudio del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito indica que uno de cada 4 habitantes percibe tener algún problema de salud mental.

Serrano señala que tras la pandemia, los casos de ansiedad, depresión y estrés postraumático han aumentado, pero muchos de estos no se registran adecuadamente. Esta falta de datos refleja la subestimación de un problema que está afectando gravemente a la población.

Salud mental en el trabajo

El lugar de trabajo juega un papel crucial en la salud mental de los individuos.

Serrano destaca que el trabajo debe ser un espacio digno, seguro, bien remunerado y con equilibrio entre las actividades laborales y el tiempo de ocio.

Sin embargo, los riesgos son numerosos:

  • La sobrecarga laboral
  • El acoso
  • La inestabilidad y
  • La remuneración insuficiente

Estos son factores que afectan negativamente la salud psicológica de los trabajadores.

Los problemas se agravan en sectores como el de los rescatistas y paramédicos, quienes enfrentan continuamente situaciones traumáticas.

Betty Soria, psicóloga clínica, añade que las actuales condiciones en Ecuador—marcadas por despidos intempestivos, cortes de luz y violencia—contribuyen a una crisis de salud mental.

En su consulta, los pacientes presentan altos niveles de angustia, estrés y, en casos extremos, pensamientos suicidas.

“No se puede pedir a las personas que cuiden su salud mental si el sistema está fallando”, afirma Soria.

Los pacientes no solo enfrentan problemas psicológicos, sino también la falta de apoyo por parte del Estado.

Impacto de las políticas estatales

Serrano enfatiza que la salud mental es un eje transversal que debería permear todas las políticas del Estado, desde los servicios básicos como la recolección de basura hasta el acceso a servicios especializados de salud mental.

En el contexto de Ecuador, la falta de garantías laborales, sociales y de justicia impide que las personas puedan mantener una estabilidad emocional.

La incapacidad del Estado para ofrecer estas protecciones deja a muchos ecuatorianos en un estado de supervivencia física y psicológica, lo que deteriora aún más su bienestar mental.

«No se puede tener salud mental sin paz, sin justicia, sin garantías a la supervivencia, sin estabilidad laboral», afirma la profesional.

El papel de la psicología

Soria destaca que, frente a este panorama, la labor del psicólogo se vuelve esencial para ayudar a las personas a encontrar una vía de restitución emocional a través de la palabra.

En un país donde la violencia y la inestabilidad son la norma, el trabajo terapéutico busca dignificar a los pacientes, dándoles un espacio para expresar su sufrimiento y encontrar herramientas para enfrentarlo.

Como concluyen las profesionales de la psicología, la salud mental no es solo un asunto personal; es un reflejo de las condiciones sociales, políticas y económicas en las que vivimos.

Sin el apoyo del Estado y un entorno laboral digno, la salud mental seguirá siendo un lujo inaccesible para muchos.

Radio Pichincha